Obligadas por las precarias condiciones económicas que
enfrentan en la Selva del Congo debido a la deforestación y a al cambio
climático, las comunidades pigmeas han tenido que migrar hacia las ciudades
donde habitan los bantúes, la mayoría poblacional en la República del Congo.
Además de cambiar su estilo de vida nómada al sedentarismo, los
Pigmeos han tenido que sacrificar su orgullo y dignidad humana pues son
constantemente víctimas del racismo y la esclavitud.
La poca representación que tienen en el Gobierno implica que
no existan suficientes leyes e instituciones que defiendan sus intereses, y por
ende, la esclavitud y el maltrato son prácticas que a nivel social, dentro de
los grupos bantúes, son aceptadas y comúnmente practicadas, convirtiendo a los
Pigmeos en una de las etnias más vulnerables de la región.
Como es natural, las uniones entre bantúes y Pigmeos pueden
ocurrir, y de hecho ocurren, siendo conductas gravemente juzgadas por la
sociedad. Sin embargo, como lo manifiesta Hortensia Bouanga Silas, presidente
de la Asociación de Acción Comunitaria para el Desarrollo Sostenible (ACDD), la
diferencia de culturas y costumbres es de hecho una barrera natural a la unión
entre las dos etnias.
Las prácticas económicas, el nomadismo y las condiciones
higiénicas son difícilmente aceptadas por un bantú, así éste no tenga
inclinaciones racistas.
No obstante, lo anterior no justifica las prácticas racistas
y por el contrario invita a la inclusión social siempre considerando las
diferencias naturales que existen entre comunidades, aspecto que puede ser
abordado de una forma adecuada siguiendo las demandas que se hicieron en la
semana cultural celebrada en diciembre de 2010 en Brazzaville: reagrupar y
escuchar a todos los Pigmeos del país, más de 300.000, y fortalecer el diálogo
franco entre Pigmeos y Bantúes en procura de la abolición de la esclavitud[1].
Lo que es cierto es que no se puede continuar explotando y
profanando la Cuenca del Congo, hogar de los Pigmeos. No se debe pretender que
la inclusión en la sociedad signifique que estas comunidades deban migrar permanentemente
a las ciudades y abandonar la tierra de donde pertenecen, pues esto generaría consecuencias
graves para la estabilidad económica, política y social del país.
El gobierno tiene un papel central en la defensa de los
derechos de los Pigmeos y de los bantúes. Aunque se han logrado avances, sobre
todo en la República del Congo en materia legal, se debe trabajar aún más en políticas
sociales de respeto, tolerancia, y sostenimiento. Se debe garantizar a la
población el acceso a los servicios básicos, la educación y la salud.
Pero lo fundamental radica en la protección que se le dé a
la Cuenca del Congo, hogar de miles de personas y fuente de recursos
invaluable. Con la atención puesta en la Selva, muchos problemas sociales y
económicos pueden encontrar su solución, incluyendo el asunto de la
cohabitación de Bantúes y Pigmeos.
FUENTES
Congo-Brazzaville
: retour sur le dialogue bantous-pygmées. Por : Loïcia Martial. En :
http://www.rfi.fr/emission/20101121-congo-brazzaville-retour-le-dialogue-bantous-pygmees
[1] Congo-Brazzaville : retour sur le
dialogue bantous-pygmées. Por : Loïcia Martial. En : http://www.rfi.fr/emission/20101121-congo-brazzaville-retour-le-dialogue-bantous-pygmees
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